jueves, 22 de diciembre de 2011

Cuento de amor hacía mis hermanos.


Condenados errantes en las sombras; presos del miedo y del aroma a muerte que se manifiesta como único ser todopoderoso en la tierra. Temerosos mortales,  a llegado el momento de acallar las voces que martillean dentro de vuestra cabeza. Es la hora de emprender el último viaje… hacia el infierno. Nos desharemos de cualquier posesión material y de todo pensamiento. Llevaremos empuñadas nuestras armas. Una en cada mano, en la izquierda el corazón y en la derecha el alma. Únicas posesiones que jamás podrán sernos arrebatadas. Muchos de vosotros no alcanzareis vuestro destino entre las llamas. Agónicos seres errantes sin corazón y alma. Materialistas compulsivos adictos al dolor ajeno. Vosotros alcanzareis el peor de los destinos: seréis victimas del olvido absoluto. Ni el viento mecerá en sus chispeantes ráfagas el polvo de vuestros huesos. Las fotografías mostraran una mancha emborronada de color negro.  Vuestros cuerpos yacerán marchitos. No hay metamorfosis latente. El tiempo vencerá. Y vuestro dinero manchado con la sangre de los inocentes se alzara en vuestra contra. Quedareis recudidos a ceniza. Queridos mortales, que empiece la lenta agonía. Vuestras pesadillas se volverán pirañas carnívoras que os comerán los ojos. El tiempo está tramando su venganza. La madre tierra agoniza. El humo de vuestros coches. La indiferencia que mostráis hacia vuestros hermanos. Las humillaciones a las que sometéis a vuestras mujeres. Todo se transformara en un gigantesco martillo que hundirá vuestros grotescos ideales en una fosa común llena de mierda.  La ensoñación que padecéis victimas de una falsa felicidad. Vuestra incapacidad para amar os condenara. Vuestras lenguas traidoras serán alimento para los buitres y los cuervos. En el último aliento y en el latido final, por fin, descubriréis el sentido de la vida. Todas vuestras preguntas quedaran reducidas a una sola respuesta: la muerte.

Queridos mortales, feliz falsedad.

Pd. Nos vemos dentro de muy poco, en el infierno. Firma: Satán.

1 comentario:

  1. Ni el viento mecerá en sus chispeantes ráfagas el polvo de vuestros huesos......

    sencillamente sublime , de verdad me ha llegado , esperiencia mistica? , realidad salvaje y suicida .
    gracias un saludo

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