jueves, 1 de diciembre de 2011

Sin salida.


Mírala mirando por la ventana
Y no ve nada;
Ni las ramas de los árboles bailando
Ni el sabor a otoño traspasando las entrañas;   
Ni a las hojas suicidándose contra el cristal ahumado
De sus gafas. 
Tiene la cabeza desorbitada
En espacios clandestinos restringidos para el alma. 
Allí donde está
Solo llega la brisa maldita de la soledad y el desengaño.
Allí solo hay aire infectado de recuerdos desolados     
Y cada peldaño es un abismo con raíces homicidas.    

Sobrevuelan los buitres sus pútridas melancolías
Y se acuerda de cuando la suerte la mecía…
El tiempo está obsoleto
Como pintalabios en calaveras suicidas.
El recurso no es humano
Es el monstruo universal del armario de las pesadillas
Y jamás encontró la salida,
Errante en galaxias eternas de sal en las heridas.

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