Hora de nutrir los estómagos
De cadáveres;
Que caminan apresurados por la acera.
Periódicos hinchados de mierda;
Y bulímicas conversaciones
Entre clases, etnias, religiones.
El placer de humillar
A cualquier cosa que se mueva.
El desencanto de respirar aire en la tierra.
Odiar todo cuanto te rodea.
Hacer de la vida un estado de miedo incesante.
Defecar sobre las ideas de otros;
Sonreír para escalar un peldaño superfluo
Derramando sangre a cualquier precio
Masticar y digerir la carne humana.
Los monstruos materiales al acecho…
Encuentros fraternales con cuchillo carnicero.
Inflarse de piropos banales;
Crucificar al austero por hijo de puta.
Partir a buscarse uno mismo
Entre drogas que devalúan el espíritu.
Soñar con ser alguien que no eres tú
Bailar en la fiesta de los escaparates.
Matar la inocencia por su autenticidad.
Quebrar los sueños de los demás.
Vivir pegado a un televisor
Manejado por la opinión de un presentador.
Abofetear la ilusión que crece en el vientre
De un mundo mejor.
Son maneras de pensar…
Pisar la cabeza del que quiere bailar un tango.
Una vida humana vale un suspiro.
Masas manejadas por… ¿alguien sabe algo?
Publicidad y teoría de la mano.
Bandos totalmente independientes y pensantes
Con lacayos chuparabos de escudo humano.
Artistas del engaño y creadores de nubes de ensoñación.
Parámetros confusos y vuelos nulos;
No hay paz para el que barre la estación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario