Háblale…
De la luz que habita en sus ojos
Del camino pedregoso…
De las tejas rotas de tu corazón
Y del olor a invierno que se cuela por el balcón.
Háblale…
Del vacío que recorre tu cuerpo
Del calor de la tarde…
De la sonrisa esclava que adorna tu cara
Del sinsentido de ventanas cerradas.
Afinó las tornas
Y encontró un camino…
Donde el río esconde
Galaxias en estado virginal.
Donde dejará huella
La risa de un crío,
El color transparente de un sueño tardío
Y el no querer despertar.
No volverán
Las ráfagas de viento a derribar
Ni un pétalo de este jardín de mañana, quizás.
Vamos cogidos
Al calor que trazan dos cuerpos
Los nuestros.
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