martes, 31 de enero de 2012

La mano que hiere.

Dije… ¿A dónde vas?
Y el silencio sonó a portazo.
Vestida de venganza
Pintando de negro los charcos…
Caminabas firmemente
Sin cruzar miradas, con los puños
Apretados.
El grito se escuchó hasta en Eslovaquia
La sangre vistió la acera…
Y los besos bajaron de las nubes
Como gotas de agua...
Para humedecer tus labios.
¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!
Y en tu mano manchada de odio
Se durmió una promesa…
Que jamás despertó.

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