Decicada especialmente a los traidores, embaucadores y poseedores de la divinidad. Harto estoy de veros pasear vuestras impolutas almas llenas de mierda por la tierra que yo piso. Tan solo es ¡vicio! MORIROS Y DEJAR MORIR.
El traidor
El traidor que siembra emboscada
Entrará por la puerta de atrás.
Con la sonrisa acicalada por la nubes y camisa planchada
Para el despertar.
Venderá nada más que miseria en ramilletes de pesar,
Para que el llanto lo escuche quien este dispuesto a tragar…
Rastrea su presa y le pone la mesa
En jirones de batallas que creyó ganar;
Se viste de poeta y busca la teta
Para en sus ubres atreverse a naufragar.
Y poder contar…
Que su alma es la más limpia de todo el cenagal.
Hablara del hastío que le roba las noches y la pluma trasversal;
“sus entrañas de mierda”
Solo atrévete a mirar.
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