Un grito,
En compañía de la soledad,
Por el aire se ha echado a volar.
Dejando un cuerpo marchito detrás,
Y unas ganas de llorar.
Un grito
Siguió su camino sin mirar atrás.
En las ramas, como un gibón se puso a chillar;
Una ráfaga de viento quiso alborotar,
Y el bramido terminó sumergido en el ancho mar.
Un grito,
Anidado en la garganta de una sirena,
Despertó.
Y emergió de las profundidades,
Atravesando tormentas de silencios
Y estridentes cantares.
Un grito
Se enmudece cada vez más.
Un grito ha dejado de penar…
En el instante final escuchó:
En los surcos de esa oreja
Morirás…. Morirás…. Morirás…
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