Como me ves, te veras.

Después de todas las batallas

Y cuando la calma es el presagio

De la muerte verdadera,

Solamente me arrepiento

De nunca haberte regalado una sonrisa

Para tu hermosa calavera.  

44-12

Se quiebran los segundos en el reloj de arena

El plástico infla las venas;

Y la carretera es la única morada que tuvimos.

Río abajo van todas nuestras riquezas

Están  congeladas, esperando a que las veas.

Tu pequeño río de lágrimas.

 

Tu gran corazón de madera; maldita sierra. 

Alguien serró hasta la bulimia; cortaron los conductos.

Tu dosis de risa pequeña. 

Detrás del cristal de poliéster late algo,

Es tan insignificante que lo abarca todo.

Quiere escapar, quiere escapar….

Tus ojos de mirada ciega. 

Quiere un amante de carne y hueso

Está cansada de abrazar el papel;

Quiere que brote la sangre de su cabeza, y darle un beso.

Malditos amantes de plastilina.

Quiere congelar el fuego, congelar el miedo.

En la ventana está contenta, en el silencio está contenta.

Quiere congelar el viento, quiere congelar el tiempo.

Tu pequeño sueño de piedra.   

Todo el mundo se esconde del invierno

Todos buscan una razón;

Para no abandonarse a los marchitos pensamientos

Que viajan en el penúltimo vagón. 

88-3

Entro donde se que no voy a encontrar

Más que las puertas gritando;

Cuando me quieres comparar con el crujir

De tu latir; que mal vas…que mal vamos.

No hay una razón para perder el corazón

Por el olor a verano;

Si a donde vamos tú y yo abandonando la flor,

Huele a invierno cerrado.

No, no estoy del revés quizás un poco desenamorado

De la gente que me mira y no comprende

Que tal vez,  solo soy un animal asustado.

No, no me quiero  perder en las calles de ayer

Que solo son humo de contrabando

Que se escapa dulcemente de entre tus labios.  

Enemigo de tu cabalgar entre el ruido de los charcos

Me vuelvo a quedar en el andén de mi fracaso,

Esperando ver crecer la hierva a mi paso

Que los colores del infierno vienen a vestir el  llanto.